🧩 Lo que vivimos fue como tenía que ser 🧩
Hoy se cumplen tres meses desde su partida. Y cuando lo pienso, no lo hago desde la idea de pérdida, sino desde la conciencia que se va ordenando con el tiempo.
Los recuerdos no llegan para herir. Llegan para mostrarme que lo que vivimos fue exactamente como tenía que ser. No perfecto, no idealizado, sino real. Con diferencias, con discusiones, con silencios y también con una forma muy profunda de elegirnos cada día.
Amarnos no fue circunstancial. El amor no depende de momentos favorables ni de estados permanentes de armonía. El amor es una energía que existe, se transforma, cambia de intensidad, pero no desaparece. Y eso es algo que hoy entiendo con más claridad.
Tuvimos diferencias, muchas. Nos dijimos cosas que no siempre sentíamos. Aprendimos a poner límites, a preocuparnos de una forma más madura, a sostener un hogar no desde la fantasía sino desde la responsabilidad de haber elegido caminar juntos. Eso no restó amor; lo volvió consciente.
Desde una mirada más profunda, hoy entiendo que no vinimos a salvarnos, sino a acompañarnos. A construir algo que trascendiera a ambos. Y lo hicimos. Creamos un hogar, una historia compartida y, sobre todo, una familia que no habría sido posible sin los dos.
Nada de eso fue un error. Nada estuvo de más. Las memorias difíciles hoy se resignifican, y las hermosas siguen siendo tan fuertes que iluminan el camino que continúa.
Yo sigo aquí, en este plano, aprendiendo a vivir con lo que fue y con lo que permanece. Él sigue en otra forma de conciencia. Y el vínculo no se rompe, solo cambia de estado.
✨ Lo que vivimos fue suficiente.
No porque fuera perfecto,
sino porque fue real y verdadero.
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